De todas maneras fui el primero en llegar a la fiesta, y con mi mejor cara de poker entregué el regalo y acepté de buen gusto una copa de un rico vino argentino. Esto posibilitó que cuando llegara el invitado número 5, yo ya había perdido la cuenta y en un tiempo que no podría recordar, la casa de Mariano estaba plagada de gente y ni tímido ni perezoso me encontraba hablando con algunos, intentando seguir el hilo de la conversación.
Dado mi estado semi impresentable, afiné el oído para escuchar español y unirme a al grupo hispano-parlante Si bien con alcohol en sangre soy muy fluido en ingles, me vi preso de una fiaca intelectual que nada tenia que ver con mis ganas de sociabilizar, pero si era entre paisanos, mucho mejor. Sabia que irían argentinos así que en medio de la verborragia que me caracteriza -tanto sobrio como borracho- me encontré con un grupo de gente e íbamos variando los temas.
Una de las cosas que me hizo decidir la retirada fue el reloj, la otra, no menos importante, era preservar mi dignidad. Cuando estoy charlando y al terminar una frase tengo que preguntarte sobre que estábamos hablando, a pesar de mi aparente confusión, tengo la entereza de retirarme. Estaba hablando con argentinos y no podía hacerme el boludo y justificarme con un problemita de "barrera idiomatica". Si que recordé los nombres, los ubiqué mas tarde por facebook y quedamos en contacto.
Pero volviendo a la fiesta o mejor dicho, yéndome de la misma, encaré la calle y me fui hacia la estación de tube. Sabia que tenia que hacer una combinación así que intenté enfocarme.
Primer tramo resuelto; el segundo hasta llegar por un largo pasillo a la linea que me llevaba a casa (foto). Atravesarlo siguiendo una linea recta no fue tarea fácil. En un intento de no perder las formas y caminar según los estándares de persona civilizada, me di cuenta que tanto esfuerzo no seria valorado ni mucho menos observado. Por qué? simplemente porque todos, y no falto a la verdad, todos los que estábamos atravesando ese pasillo camino a la próxima estación aplicábamos al mismo leit-motiv: llegar como se pueda a destino. Con la diferencia que la gente, en su mayoría mujeres, gritaban alocadas lo que hacia de ese largo pasillo un verdadero infierno.
Foto ilustrativa que muestra el pasillo. Foto: Internet |
Logré hacer la combinación con la Jubilee Line y mi último esfuerzo de enfoque seria no pasarme de West Hampstead.
Subí, me senté y no me percaté de quienes estaban sentadas al lado mio hasta que las escuché hablar. El idioma francés me es -como a la mayoría de las personas- un idioma exquisito al oído y fue así como me di cuenta que dos chicas sentadas a mi derecha lo hablaban perfectamente.
Totalmente desinhibido, parte por el alcohol pero mucho más por mi personalidad, las miré y pregunté:
-Sorry, are you french?
Me miraron, sonrieron y antes de arrojar un exquisito "wi" una de ellas empezó a vomitar compulsivamente. Efecto contagio del asco o por el mismo pedo psicodelico que tenia la otra, la siguió cual Linda Blair en El Exorcista y comenzaron a vomitar al unísono.
Recuerdo que los pasajeros sentados delante salieron eyectados antes de ser alcanzados por semejante inmundicia. Yo, lejos de inmutarme tuve el impulso de seguir hablando:
-You know, i loooove french. Are you from París?
Por supuesto, no respondieron y en la próxima estación se bajaron como pudieron y me dejaron hablando solo -unas desubicadas-
Comencé a sospechar que en mi entorno algo no andaba del todo bien cuando vi que todos estaban prácticamente amontonados al final del vagón esperando llegar a destino, pero muchos, menos masoquistas cambiaron de coche, pero igual seguía sentado mirando los carteles publicitarios sin percatarme que estaba rodeado de viscosidad francesa, pero no hace falta entrar en mas detalles innecesarios. Me uní al grupo y baje finalmente en mi estación. El golpe de frío me despabiló un poco mas y pude llegar a casa, sano y salvo.
Mi perro poco entiende de que su amo estaba para ir derecho a la cama, pero así este llegando en un coma cuatro no puedo resistirme a ese rabito moviéndose pidiendo salir. Bajó las escaleras para recibirme y nos acompañamos en una noche fría para luego meternos en la cama y pensar: Que lindo es volver al calor del hogar.
Sin antes consultar con la almohada...les habrá caído mal que les preguntara si eran francesas?
qui sait!
Ay Feldmann... Sólo a vos, sólo a vos!!!
ResponderEliminarBueno, acá después de las 21hs la gente anda contenta y se nota porque hablan en voz alta y / o cantan, sea el día que sea eh, pero obvio que el fin de semana es de rigueur...
En fin, vos de por sí sin estar alcoholizado hablás y socializás aunque estés solo así que con unas copas de vino, parece que te calmás!! :D
Cuanda vaya a Londres, me tenes que contar estas anecdotas en persona. SI me rio sola frente a la compu al leerlas, me imagino que contadas y actuadas deben ser para cag.... de risa!
ResponderEliminarUn placer, y te puedo contar las que no me animo a publicar, imaginate, jaja. Un beso.
EliminarEn mayo!
EliminarAvisame y nos encontramos, con gusto. Besos!
EliminarCoooomo me he reído! jajajaja
ResponderEliminarGracias por hacer de este jueves en el trabajo un poco más llevadero...
Beso!
Nah, jajajaja, lo que les cayó mal era lo que habían tomado! Hijas de puta!
ResponderEliminarNorton no tiene nada que ver con tus canitas al aire! Así que lo sacas o lo sacas, no hay otra opción aunque te estés tambaleando.
ResponderEliminarMe reí mucho con lo de las francesas.
Cómo así que hay anécdotas censuradas? No se vale!
Muy entretenida la anécdota, estimado.
ResponderEliminarEs envidiable el hecho que lo que marca la hora de vuelta sea el costo de los taxis o la fiaca para tomar un transporte público. Aquí la motivación es seguir con vida... un poco trágica la forma de presentarlo, pero te aseguro no demasiado alejada de la realidad. No sé cuándo te habrás ido, pero el deterioro es exponencial.
Te envidio sanamente.
Un abrazo
Hola, yo me fui hace un año de Argentina. Se por lo que me dicen que en este ultimo tiempo la cosa esta mal. Yo intento no opinar por respeto a parte no quiero ser igual a los que critico, no me gustan los argentinos que critican a su pais desde afuera con aires de europeos (he escrito sobre eso). Siento que puedo opinar, pero no desde este lugar. Y si bien no vivo en Argentina conozco bien lo que esta pasando y me parece terrible, pero me da vergüenza ajena criticar cuando yo vivo en un lugar que a mi entender, es espectacular (ojo, boludos hay en todos lados, son como las hormigas, y Londres no es la excepción). Gracias por tus comentarios, te mando un abrazo.
EliminarJajajaja wacala! Me lo imagine todo! Yo he estado en esa misma situación (de testigo) no he vomitado nunca en la calle (y espero mantenerme asi!) Bueno a mi los franceses me parecen raros! Jejeje asi que seguro que tomaron la pregunta de manera extraña y por eso vomitaron! Jaajajaja
ResponderEliminarja ja ja...yo que vos me preocuparia...ese efecto causas a la gente cuando te conoce?? ja ja ja (es broma)
ResponderEliminarBesos.