La mudanza
Dicen que una de las situaciones mas estresantes por las que atravesamos las personas son las mudanzas.
Mas allá del motivo, sea buscada o anhelada, esta genera un estrés que por mas bien planeada que haya estado desde el principio en algún momento no te pones de acuerdo con los ochocientos items que implican ordenar y clasificar las cosas. He pasado por muchas y he padecido las que se hacen en familia y las que se hacen solo.
Soy practico, y se me confunde con desordenado. Si con la cantidad de cosas que uno tiene que mudar -en algunos casos, y este no es el nuestro, demos gracias al Señor- te pones en quisquilloso, la tarea de mudarte no solo es estresante sino que los instintos asesinos y lo peor de tu lado oscuro hace que se te ocurran las mas siniestras ideas para terminar con ese suplicio. Como en la foto de abajo, en el preciso momento que Diego me indicaba como la ropa debía estar doblada por color y en sus respectivas bolsitas,..si leíste bien, bolsitas. WHAT?!
A ver?. Como es que decís de ordenar? |
Te parece?, mmmmm |
Con la democracia nuevamente instaurada en mi casa, y luego de algunas pequeñas rebeliones, todo comenzó a tomar forma y también otras fases de la mudanza, como reconocer el nuevo terreno.
La vieja de mierda
"No hay con que darle, cuando llegas a viejo o sos un viejo de mierda o un viejo muy piola, no hay intermedios" Dicho por mi buen amigo Matias Catalá
Siempre procuré conocer a mis vecinos en los lugares donde vivía y he llegado a pasar tardes enteras tomando un té con alguna que otra vieja solitaria.
Esto es un capitulo aparte por si mismo, si algo me pasaba con estas señoras cuando vivía en la Argentina -la típica vieja de mierda del barrio- era que terminaba siendo mi aliada. Un misterio kafkiano absoluto. Pero esto no se daba en cualquier ámbito, en los supermercados por ejemplo, las combatía, como aquella vez que apareció repentina como rayo y se metió de prepo delante mio. Ya la había reconocido, era una vieja de mierda, pero retrocedí unos pasos para darle mas lugar y me jure no explotar, pero ella, no contenta con su pequeña victoria se dio media vuelta y sentenció:
-Yo tengo prioridad porque soy mayor -Dijo con su mejor cara de culo-
-Señora, el derecho lo tiene, pero no puede ser tan mal educada -con mi cara de serial killer-
-Yo soy mayor!
-Sos mayor y también una vieja de mierda! - Ya ni la traté de Usted. Podrás decirme que estuve mal, seguramente si, pero esa vieja era para matarla
El resto se resolvió entre algunos gritos e incluso casi me como un cachetazo, pero la cajera supo ser una apóstol de la paz y calmo las aguas; fue así cuando esa empleada se convirtió en mi nueva mejor amiga cuando le dijo que no era la forma, mas allá de que su derecho estaba intacto.
Sus victimas preferidas, los paseadores de perros. Pero Norton y yo teníamos visa de vereda*. Doña Elisa me quería, yo le temía. Era una vieja chucara, y cuando se refería a Diego, solía decirme: "Hoy vi a tu socio" con tono despectivo.
El infierno de Dante
Pero volvamos a Londres. Mi relación con la tercera edad merece un capitulo aparte y no quiero quemar recursos literarios.
Cuando llegué llovió durante todo el mes sin parar. El barrio estaba bajo un manto de silencio que se te encrespaban hasta el mas recóndito folículo. Diego tuvo que viajar a China y Norton todavía estaba en Argentina. Llegué a pensar que tal vez mi avión se había caído en medio del Atlántico camino a Inglaterra y ahora estaba atrapado en algunos de los círculos del infierno que Dante Alighieri describe en su Divina Comedia.
No había indicios que iba a conocer a muchos vecinos, y el tiempo no ayudaba. En aquel entonces la lluvia tenia un efecto devastador en mi, me bajaron las defensas y caí enfermo. Mi única esperanza era que pronto llegaría un amigo del alma de visita; pero hasta no ver a alguien de carne y hueso seguiría sospechando que era solo un alma que se aferraba a la vida, intentando enfermar un cuerpo que ya no existía.
La lluvia paro al fin y escuché un ruido. Un auto! un auto! HELP! HELP! HELP!
Pero no hay mal que dure cien años; Diego llego de China, mi amigo Matias de Argentina y Sebastian de España, cosa que ayudo muchísimo en mi regreso desde el mas allá.
De derecha a izquierda: Matias, Sebastian, Yo y Diego en Buckinham Palace |
Infaltable: un Pub inglés |
Ahora, ya pasó un año y una nueva mudanza ya mas definitiva se nos acerca. Esta vez no nos vamos a un apartamento amueblado , y a eso agregale que al día de hoy, todavía no hay novedades sobre la propiedad que hemos elegido -cuestiones técnicas administrativas que solo aburriría al lector-.
Pero ahora ya estoy mas preparado, mi contexto va a ser otro y el impacto del cambio de continente ya pasó su prueba mas difícil. Nuevas rebeliones se avecinan y un nuevo combatiente se suma a las filas, el perro. Entendí que los vecinos solo se los ve en verano y con buen tiempo, o sea...
Perdí esperanzas de rememorar viejas batallas en los supermercados, acá hasta las viejas de mierda son muy educadas y la gente en general evita conocerte del mismo modo que comenzar cualquier discusión. La gente adora hacer colas y las respetan a rajatabla.
Sera cuestión de esperar y ver si ya, cuando nos instalemos el tiempo me da para conocer mas de esta extraña sociedad. Esta mudanza se las trae, por las dudas ya tengo preparado nuevo elemento de tortura ante cualquier sugerencia fuera de lugar y Norton ya aprendió la orden: "al cuello" si se insiste con el tema.
Hasta mi próximo post..
Sergio.
*acera, sendero
Terribles!! las mudanzas son terribles.
ResponderEliminarDesde que llegue a España ya me mude 3 veces, las ultimas 2 fueron el año pasado, en cuestion de 2 meses, si creetelo, cai en un edificio de locos, un tormento, que desesperada me busque otro y me fui al toque; no me hagas acordar!!!!
Horrooooooor!!
Ay que estresantes son las mudanzas! Mucha suerte para vos y tu "socio" y que todo salga lo mejor posible :)
ResponderEliminarLas mudanzas son un dolor de cuerpo entero!
ResponderEliminarQué nutrido este post!
Éxitos y buena suerte!!!
Beso!
Ay las viejas, qué sería de nuestros anecdotarios sin ellas? Las de Buenos Aires encima son bastante NEFASTAS, no sé que tienen estas señoras!
ResponderEliminarMi comentario es solo para desacreditar tu entrada: acá el jodido eras vos y no las pobres dulces viejitas!
ResponderEliminarYa un año? me parece que te fuiste en Abril, así que técnicamente pasaron 10 meses, no le mientas a la gente.
Se los extraña.
Un abrazo grande.
jajajja, nosotros también los extrañamos mucho!
EliminarMudanzas... mi peor pesadilla!
ResponderEliminarHan sido pocas a lo largo de mi vida pero todas inolvidables...por lo torturantes.
Te compadezco. Ojalá esta vez sea la definitiva.
Abrazos.
No creo que exista una mudanza que no sea traumática! hubo una epoca de mi vida que nos mudamos tres veces de 2004 a 2006, todas las mudanzas empezaban llorando , no importa la anticipacion , no importa nada , las mudanza te revuelve todo!! los muebles , los sentimientos , la vida !!!
ResponderEliminarNI hablar cuando hay muchos para ayudar , por eso prefiero contratar una persona mas y que la hagamos nosotros solos
Besos
Pues si, mudarse es una joda, hace años que no lo hago, pero las pesadillas aun me asaaltan por las noches! Jajajaja (oh que dramático!) con respecto a las viejitas, yo debo de asegurarte que las señoras de la tercera edad me adoran, tengo un club de fans de viejitas que me quieren presentar a sus hijas y nietas! Jejejeje
ResponderEliminarUff, yo me mudé por segunda vez en mi vida. La primera de una casa a otra casa, a los 8 años. La segunda, hace unos pocos meses, a un departamento. Fue realmente muy difícil. Casa de 2 pisos a depto de 2 ambientes. Tuve que resignar muchas cosas, y reacomodar tantas otras. Ya empecé a acostumbrarme a la falta de lugar, pero si algún día tengo la oportunidad, una casa será de vuelta.
ResponderEliminarMe encanta tu blog! Siempre lo leo, pero es la primera vez q comento.
Beso!
Hola MIca, muchas gracias por pasar y comentar. Un beso, y me alegro que te guste el blog.
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