Misión Olímpica

Si bien en nuestras vidas el deporte no es algo prioritario, el habernos mudado a Londres y siendo los Juegos Olímpicos celebrados en esta ciudad, es una oportunidad única que no podíamos perdernos.

Usando un poco de excusa la visita de Mariano desde Argentina, compramos tres entradas para ver algún partido y matar a dos pájaros de un tiro: El obsequio a mi cuñado y sacarnos las ganas nosotros de poder participar de este mega evento.

El día comenzó muy, pero muy temprano. A las 7 de la mañana ya estábamos en la estación de Overground y nos dirigimos directo a Stratford, a la Villa Olimpica.

Con Marian, llegando a la Villa Olímpica de Straftord

El viaje duro unos cuarenta minutos con la mala suerte de que todo el mundo se dirigía al mismo lugar; ergo, fuimos parados con una carga de sueño importante.  Cuando llegamos una marea de personas nos arrastro prácticamente hasta la entrada de la Villa, pero todos estábamos bastantes distraídos como para molestarse por algún que otro empujón.

Entrada a la Villa Olímpica

Pura nube, gracias a San Pedro, no llovió

Debo confesar que me sentí embargado de cierta emoción, aunque en mi vida nunca había visto un partido de Hockey, el momento era especial. Jugaron, Nueva Zelanda contra Alemania y como nuestra última navidad la pasamos junto a amigos en NZ en homenaje a ese viaje tan copado decidimos hinchar por los Kiwis (Denominación que se les da a los Neozelandeses). Hablando de Nueva Zelanda...Acá algunas fotos.

Totem en un parque publico en Auckland, Nueva Zelanda

Auckland, Nueva Zelanda

Lo mas divertido que hice en mi vida. Te meten adentro y te tiran desde lo alto de una pendiente. Rotorea, Norte de Nueva Zelanda. (adentro yo, gritando a lo pavote)

Bueno, me deje llevar con las fotos mejor volvamos a Londres.  Llegamos en el momento justo, las jugadoras preparadas para entonar sus respectivos himnos nacionales. Fue un momento emocionante escuchar los himnos y respirar la atmósfera olímpica. Hubiese sido fantástico haber podido ver a Las Leonas, pero bastante con que conseguimos entradas para ese partido.  De todas maneras me arriesgaría a decir que en proporción, habría un diez por ciento de Alemanes, otro diez de Kiwis y el resto estábamos ahí por mera "chusma olímpica".

Las de blanco, Nueva Zelanda.

Entonando los Himnos Nacionales de cada Equipo

 El partido termino cero a cero, y si bien soy un lego en la mayoría de los deportes, pude disfrutar de ciertos momentos de tensión como lo fueron los minutos en que se paraba el partido para que los jueces  dictaminaran por ejemplo, si se había cometido un penalty corner (ah, vieron como manejo el léxico deportivo ahora?).   Increíble como en el Estadio ponían música de suspenso lo que arengaba a que la gente hiciera replicar los pies contra el piso al ritmo del "tutum , tutum , tutum"; ojala pueda transmitir en esta onomatopeya el sonido que se escucho en ese momento.

Otro momento comunitario, fue la famosa ola que comienza en una punta del estadio para terminar en la otra.  En el instante en que me tenia que levantar, la ola ya había pasado de largo y para evitar el ridículo invente una especie de "me estoy arreglando el pantalón".  Ahora ya en casa me siente feliz de haber participado de uno de los juegos de los JJOO. Quien te dice que descubro a esta altura, que me gustan los eventos deportivos.